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Día Internacional para la Reducción de Desastres

La Asamblea General de la ONU designó, el 13 de octubre como el Día Internacional para la Reducción de Desastres (DIRD), con el objetivo de concienciar gobiernos y opinión pública para que tomen medidas para la minimización de los riesgos relacionados a los desastres, por medio de la prevención, mitigación y preparación. Estas medidas están enfocadas en la gestión de los riesgos de desastres, en vez de en la gestión de los desastres directamente.

En marzo de 2015 fue aprobado el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 durante la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres y tiene como objetivo:

“La reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por los desastres,tanto en vidas, medios de subsistencia y salud como en bienes económicos, físicos, sociales,culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países.”

El Marco de Sendai es el instrumento sucesor del Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015:Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. El Marco de Acción de Hyogo adoptado para impulsar el objetivo mundial definido en el Marco Internacional de Acción del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales de 1989 y la Estrategia de Yokohama para un Mundo Más Seguro: Directrices para la prevención de los desastres naturales, la preparación para casos de desastre y la mitigación de sus efectos, adoptada en 1994.

El Marco de Sendai está perfeccionado con las oportunidades de mejora identificadas a lo largo del Marco de Acción de Hyogo, está orientado a la acción y preparado con una visión de futuro.  Para la evaluación de los avances mundiales para lograr los objetivos definidos dentro del Marco, fueron acordadas siete metas mundiales, que son ellas:

  1. Reducir considerablemente la mortalidad mundial causada por desastres para 2030, y lograr reducir la tasa de mortalidad mundial causada por desastres por cada 100.000 personas en el decenio 2020-2030 respecto del período 2005-2015;
  2. Reducir considerablemente el número de personas afectadas a nivel mundial para 2030, y lograr reducir el promedio mundial por cada 100.000 personas en el decenio 2020-2030 respecto del período 2005-2015;
  3. Reducir las pérdidas económicas causadas directamente por los desastres en relación con el producto interno bruto (PIB) mundial para 2030;
  4. Reducir considerablemente los daños causados por los desastres en las infraestructuras vitales y la interrupción de los servicios básicos, como las instalaciones de salud y educativas, incluso desarrollando su resiliencia para 2030;
  5. Incrementar considerablemente el número de países que cuentan con estrategias de reducción del riesgo de desastres a nivel nacional y local para 2020;
  6. Mejorar considerablemente la cooperación internacional para los países en desarrollo mediante un apoyo adecuado y sostenible que complemente las medidas adoptadas a nivel nacional para la aplicación del presente Marco para 2030;
  7. Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a ellos, para 2030.

Cada año esta fecha está dedicada a repasar los retos pendientes y este año se centra en la meta 7, reforzada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en marzo de 2022, con el anuncio de que «las Naciones Unidas encabezará una nueva acción para garantizar que cada persona de la Tierra esté protegida por sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años.»

Estos sistemas son indispensables para la reducción de los riesgos de desastre, porque estar preparados y la capacidad de responder en el momento adecuado puede salvar muchas vidas y proteger los medios de subsistencia de muchas comunidades.

Muchos de los riesgos se han agravado con el cambio climático y sus consecuencias refuerzan las desigualdades actuales, ya que los más pobres son los más vulnerables y los que se ven más afectados. Es fundamental la promoción de medidas para la reducción de riesgos, una vez que estos se están intensificando a lo largo del tiempo.